R: ¿Qué balance se puede hacer del devenir del Área de Igualdad de la Universidad hasta ahora?
MM: Creo que el balance es positivo. Se creó en 2010, a la par que en otras universidades, porque la UC cree necesario comprometerse expresamente con una sociedad más justa e igualitaria. Aquí no existe la discriminación normativa. Y tenemos un Plan de Igualdad que funciona. Es una ampliación del Plan Concilia de 2007, que también marcha bien, puesto que nuestro buzón no recibe quejas en ese sentido. En el plano práctico tenemos abierta una escuela infantil que ha cumplido ya 10 años (...) y un campus de verano singular. Además es importante el Premio de Igualdad que damos todos los años y que está dotado con 2000 euros.
R: ¿Diría (...) que el interés de la UC por la igualdad es real y no sólo cosmético?
R: ¿Y qué nuevos aires trae, por dónde piensa empezar?
MM: Pues acabo de llegar y ya sé que es preciso explotar todos los datos estadísticos que están en mano de la universidad y que siguen en bruto, sin procesar, en lo que se refiere a ubicar a hombres y mujeres. Por ejemplo, no sabemos cuántas mujeres pasan con éxito por aquí. Hay que empezar a tratar la información para extraer conclusiones. Por eso, una de las medidas será hacer un diagnóstico actualizado. Existe uno de 2008, que hizo una empresa externa, pero el próximo lo haremos aquí. Cabe suponer que la evolución de las mujeres en este mundo es positiva con la sola traslación de los datos generales del Ministerio de Eduación, Cultura y Deporte. También tenemos un borrador de protocolo de actuación para detectar y prevenir el acoso, que se quiere retomar y desarrollar. Esperamos contar con él en el plazo de un año, aunque es una cuestión delicada.
R: ¿Y habrá alguna actuación de cara al alumnado?
MM: Sí. La catedrática de Derecho Penal, Paz de la Cuesta, proyecta hacer un estudio sobre los malos tratos que sufren las alumnas. Está en marcha un programa piloto con las estudiantes de Derecho y ella se ha sorprendido al ver que las chicas aceptan el control de su pareja sobre sus salidas, sus hábitos, etc. Este es un problema latente, que no acaba de emerger, y creemos que sería muy interesante también hacerlo en las enseñanzas medias, porque las adolescentes no son conscientes de que ciertos controles son formas de maltrato. Un grupo de investigación lo llevará a cabo en la Universidad con apoyo de este área y estamos abiertos a llevar adelante proyectos de estas características con otras istituciones o asociaciones.
R: ¿Alguna inicitiva de otra universidad que le gust especialmente para implantarla en Santander?
MM: Una me gusta mucho y en este país apenas se considera: las escuelas de liderazgo femenino. A las mujeres les queda mucho por andar para lograr las cotas de liderazgo de los hombres. En España (el dato de aquí no lo tenemos) lideran proyectos universitarios un 30% de mujeres frente a un 70% de varones. También está claro que ellas no alcanzan los puestos de dirección: en 2013, sólo el 20% del total de catedráticos eran mujeres, aunque en 2005 este porcentaje se queda en el 13'7%, lo que quiere decir que se ha avanzado muchísimo en poco tiempo. La direción es buena y no soy partidaria de culpabilizar a las mujeres de su "falta" de éxito. Pero es cierto que hay que estimularlas para ser líderes... no sé cuántas directoras de departamento habrá ahora mismo, aunque imagino que no serán muchas. Tampoco hay gran número de directoras de proyectos en investigación, aunque la tendencia está bien, porque las jóvenes, la generación de entre 25 y 44 años, ya investigan mucho. Cambiar esto no es fácil, porque hay que derribar enormes barreras culturales. Sin embargo, hay que recordar que tenemos los méritos suficientes para estar en las direcciones, en los puestos de responsabilidad. Esto hay que creérselo. Y hay que postularse para los cargos. Es cierto que exige un gran cambio cultural, porque incluso las que tenemos una carrera sólida nos preguntamos por qué cuando nos llaman para entrar en una comisión importante. A mí me encantaría saber cuántas mujeres se presentan a ocupar espacios concretos y fracasan y cuántas fracasan, simplemente, porque no se presentan.
El Diario Montañés (22, noviembre, 2014)
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