martes, 22 de septiembre de 2015

"Carlos, rey emperador" baja su audiencia dos puntos desde su estreno

Por primera vez, Blanca Suárez hace su debut en la serie. Sin embargo, la novedad no ha bastado para mantener los resultados de la semana pasada.
Anoche vimos por fin a la joven Isabel de Portugal lucir sus encantos, todo un orgullo de hija para su padre, Manuel I, pero parece que la breve entrada de estos nuevos personajes no ha suscitado mayor interés que el romance entre Carlos y Germana de Foix la semana pasada. Todo hay que decirlo, se suma ahora la corte inglesa de Enrique VIII y Catalina de Aragón, pero salvo escenas muy sueltas, la mayor parte del tiempo lo pasamos con Carlos, que parece agorafóbico (no hay día que no se quede en palacio, y como mucho, salir fuera quiere decir salir al claustro). El muchacho ha empezado ya a mover fichas por el tablero de juego: casará a su hermana Leonor con el anciano Manuel I de Portugal, y a Germana de Foix con el duque de Brandenburgo, hermano de uno de los príncipes electores, para lograr su influencia y el apoyo como candidato al Imperio, tras saberse que Maximiliano de Austria terminó sucumbiendo a su enfermedad. 

Carlos cada vez tiene más claro que el destino lo ha elegido a él y que Dios estará de su lado para combatir la amenaza infiel, pero todos sus esfuerzos parecen en vano: anoche se registró una caída del 2% de audiencia respecto al estreno, dejando a la serie con un 13,5% de audiencia, a sólo un 0,1 de "El Intermedio", cifras que empiezan ya a ser preocupantes. En números globales, se posiciona en el cuarto puesto como programa de la tarde-noche, descendiendo en el ránking, aunque todavía se mantiene en relativa buena posición durante el Prime Time por detrás de "La Voz Kids", que también, a pesar de seguir siendo líder, ha perdido un pequeño porcentaje de su audiencia. El pronóstico de la serie dista mucho de ser bueno, y más cuando todavía quedan bastantes capítulos por emitir. "Carlos" aún tiene posibilidades de remontar su audiencia, pero todo depende del trabajo que los guionistas hayan hecho. A continuación, doy a conocer algunos puntos negativos que pueden ser causa del lastre de audiencia que padece la serie:

   1) Lentitud. De momento vamos tres episodios y aún no se ha visto que la trama arranque. El      desarrollo de la ficción es demasiado lento. La cuestión imperial debería de haberse resuelto a más tardar anoche, pero parece que se prolongará uno o dos capítulos más, lo cual nos va acercando poco a poco al ecuador de la serie que, si no avanza con más ritmo, se dormirá en los laureles.

  2) Relaciones impersonales. En "Isabel" las relaciones entre la reina y sus consejeros eran muy personales y desprendían sentimiento, aunque se tratase de ficción y nada más pero, en "Carlos, rey emperador", no hay simpatías entre éste y Chiévres, Adriano de Utrecht, Gattinara... Cada uno aparece en una secuencia para sobornar a otro o para pedirle que apoye a Carlos como futuro emperador, pero no sabemos nada de ellos. Desconocemos cuáles son sus orígenes, formación, verdaderos intereses (aparte del poder sobre otros, que ya es muy obvio y estamos hartos de verlo)... Son personajes que están totalmente despersonalizados, que van y vienen, que están para añadir interés, pero sin lograrlo, a fin de cuentas.

  3) La vida de Corte. Las damas, los consejeros, cardenales y otros nobles al servicio del rey no se pasaban todo el día dialogando con otros para inquirir por dónde sacar tajada. Tenían sus propias vidas, sus matrimonios de conveniencia y sus propias preocupaciones como señores de vasallos, aunque en esta época la aristocracia ejerce el poder más jurisdiccionalmente que de facto como en la Edad Media. Celebraban fiestas y banquetes, acudían a cacerías o litigios judiciales, organizaban juegos y justas de tradición medieval... En concreto, la corte flamenca era muy ostentosa y Carlos V quiso vivir en Castilla disfrutando de los mismos placeres que en Flandes, y quedarse encerrado en palacio no era uno de ellos. Le encantaba ir de caza y adoraba el antiguo ideal de los caballeros. 

4) Escenarios enclaustrados. La ficción histórica aborda lugares muy distantes de la geografía europea, y tan pronto estamos en España como tan pronto en Francia, en Inglaterra... pero siempre es lo mismo: sitios cerrados. El palacio. No salimos de palacio nunca. La serie pretende transmitirnos una imagen un tanto idealizada. Los reyes no se pasaban la vida encerrados firmando cartas de privilegios. Al contrario, los nobles nacían para luchar, pero cuando no había guerra, para disfrutar, y si había algo que odiasen y les difamase de verdad era trabajar con las manos. En la época los trabajos pesados y manuales eran considerados de "pecheros" (gente no privilegiada y que pagan impuestos directos e indirectos). Hacen falta escenarios variados y más exteriores, porque el interior no se distingue demasiado. Recordad que estamos en el Renacimiento. 

5) No hay mala sangre. Aunque sí que la haya, aunque haya competencia entre los personajes, ninguno hasta el momento se ha manchado de sangre las manos. Todo va en la línea de lo predecible. Los interesados no urden planes de asesinato, ni conspiraciones ni nada por el estilo, nada que añada un toque de misterio a la serie y que nos haga pensar en posibles culpables. Por supuesto que, si lo hubiera, sería ficción y no Historia, pero para eso ya están los libros. Si una serie se limita solo a lo histórico, se convierte en documental, y para documentales ya tenemos muchos en Canal Historia (CH) y Discovery Max. 

La serie está a tiempo de evitar el desastre pero, por desgracia, es un trabajo ya hecho, y los guionistas no lo hacen según la marcha. Todo depende de cómo se resuelvan los próximos tres o cuatro capítulos, y de cómo gire el argumento una vez que Carlos sea proclamado emperador. Como han querido decir los asesores históricos anoche, prácticamente estamos en una "primera fase" del relato. Ahora bien, como esto siga así (y parece que es probable que los datos se conviertan en tendencia), auguro otro 1% menos de audiencia el lunes que viene, una posible caída al 12,2% y una bajada al tercer o cuarto puesto del Prime Time.


martes, 15 de septiembre de 2015

"Carlos, rey emperador", entre el "Puente" y la "Voz"

"Carlos" lucha y se mantiene entre los mejores puestos del Prime Time del lunes.
Resultados de audiencia

"Carlos, rey emperador", la nueva ficción histórica de TVE, se estrenó la semana pasada con un 15% de audiencia, algo más de dos millones de espectadores, y estuvo entre los primeros puestos del ránking de los más vistos de la tarde. Después de ostentosas presentaciones, el joven rey comienza  a mostrar sus armas para acorralar a la audiencia: si bien anoche no fue  líder, lo cual es predecible teniendo en cuenta la popularidad de "La Voz Kids", el monarca quedó entre el segundo y el tercer puesto de los programas con más share. 

Durante la tarde, la TVE (La 1) es, junto con La 2, una de las cadenas menos vistas, encabezando la cola del ranking con un 6%, solo por delante de La 2, que fue la menos vista, con un ridículo 2%. Telecinco y Antena 3 son las líderes de la tarde-noche. Los motivos ya les conocemos, pues es deplorable la programación tanto de La 1 como de La 2, ésta última con documentales mil veces vistos y mil veces repetidos. La curva de la audiencia cambia radicalmente a las 22:00 de la noche, hora Prime Time: La 1 casi se gana un 2º puesto con "Carlos, rey emperador", que le sacó la espada a la serie de Antena 3, duelo que acabó en tablas dado el 11'9% de share en ambas ficciones, lo cual no está mal, ya que "El secreto de Puente Viejo" lleva unos años ya en Antena 3 y el público suele ser fiel e inclinarse por las series conocidas. 

La serie renacentista comenzó con un 11% de audiencia pero fue incrementándose paulatinamente hasta el 14% final. De hecho, la curva de audiencia marca el pico en que comienza "Carlos, rey emperador". El resultado global no es malo, pero sí que empeora el obtenido la semana pasada, pues desciende un 1% la cuota de share, lo cual es negativo pero no alarmante. A medida que transcurría el Prime Time, descendía la curva de Antena 3 y subía La 1, lo cual puede estar condicionado por la publicidad, pues La 1 no introduce anuncios. La gran ganadora, como siempre, "La voz Kids", que se desborda y mejora los resultados de la semana anterior con un 29% de audiencia. 

Lo dicho, anoche "Carlos" se movía entre el "Puente" y la "Voz". No se trata de que no suscite interés, más bien todo lo contrario, pero la falta de acción y el excesivo drama de anoche pudieron pesar para que parte del público dejase de ver el episodio por momentos. En resumidas cuentas, se podría decir que la serie no va a "atrapar" a un público diferente, y se prevé que no lo haga en sucesivos capítulos. 

http://www.formulatv.com/audiencias/2015-09-14/franjas/

http://www.vertele.com/noticias/la-voz-kids-29-2-crece-imparable-y-carlos-14-cede/


Review/resumen del capítulo: Cartas sobre la mesa

Poco a poco, la serie comienza a perfilarse y se van dibujando con finas y hasta transparentes líneas el nexo de unión entre los distintos personajes. Tras jurarle plena fidelidad, su hermano Fernando aprovecha para acercar posiciones al joven rey. Los dos salen juntos a cazar en mitad de la nevada y, como adolescentes que ambos son, estrechan lazos. Por su parte, Germana de Foix, que apoya a Fernando, seduce a Carlos con sus encantos y eso le procura un gran acercamiento. La viuda del Católico utiliza como prerrogativa la soledad y escasez de respaldos en la corte, el hecho de que tanto ella como él son extranjeros para Castilla. Esto no implica la desaparición del partido fernandino, sino un cambio en las estrategias cortesanas por manipular a Carlos. Si al principio pretendían ser la sombra que le hiciera frente, ahora serán la sombra que le siga para bien y para mal. 

Respecto a Chiévres y Adriano de Utrecht, el segundo mucho más precavido que el primero, prácticamente acaparan la atención del rey, hasta el punto de que Chiévres no le deja solo ni para ir al baño; es el padre sobreprotector que le falta al joven, y en la corte no pasa nada sin que él lo sepa. Finalmente, Carlos termina por culparlo de sus decisiones. Sí, sus decisiones, porque se da cuenta de que, aunque él es el que tiene la última palabra, Chiévres es la mano que la ejecuta. En definitiva, Carlos reina pero no gobierna, y se muestra muy inseguro de sus capacidades para dirigir un reino del que desconoce hasta su lengua, lo que hace que tenga que recurrir a Chiévres o a Adriano para desayunar, para merendar, para comer y para cenar. Sospecha que, en realidad, la mitad de los que están a su alrededor no le quieren por lo magnánimo que es, sino por su ingenuidad y para sacar algún que otro provecho, y cuando las pasiones se interponen, Carlos va dando palos de ciego. Pero no sabe cómo poner remedio a ello; ni siquiera sabe qué debe de hacer,o qué decisión tomar, con la provisión enviada por el gobernador de las Indias, y menos cómo hablar en una sesión de cortes: en mitad del salón, es como una estatua viviente cuya lengua es Chiévres. 

Carlos debe aprender que la paciencia es una virtud. Nada más llegar, no puede ganarse el corazón de los castellanos, así, de buenas a primeras. Tiene que demostrar que se preocupa por Castilla, y si por algo el asunto le ha salido rana, es por el tema de los nombramientos. Chiévres es partidario de que el rey consiga apoyos de los naturales flamencos, ya que no parecen querer dárselo los castellanos, y por ello consigna los cargos importantes a los extranjeros, lo que no hace sino que Carlos se quede aún más solo. Para la nobleza castellana, esto es un castigo, no una merced. Con razón acaban acusándole de impotente y de no saber gobernar, porque los que gobiernan son sus consejeros. Ellos lo consiguen todo con una firma y él como rey no logra nada.

Así, pareciera que los intereses están muy divididos, y que cada bando comienza a mostrar ya sus cartas. Los amigos se vuelven enemigos, y los enemigos son la mejor baza. Carlos sabe que su amistad con Fernando es como una puerta a Castilla, porque al menos él es castellano pero, por el contrario, debe alejarlo de su persona en contra de su voluntad, ya que la nobleza y los otros estamentos se apoyan más en Fernando y eso le resta poder. Para consolidarse como monarca, debe enviar a su hermano a Flandes. Tiene que empezar a tomar sus propias decisiones y evitar que los consejeros acaparen más poder que el mismo rey. 

Puntos + y puntos - del capítulo

Punto +: el rey ingenuo que no sabe gobernar. En el siglo XVI existía también una literatura que circulaba en torno a estos temas, a propósito de la multiplicidad de atenciones y cuestiones que los reyes debían atender. Dado que no podían abarcarlo todo, delegaban sus funciones. Los secretarios de Estado y los validos fueron figuras muy criticadas y la muchedumbre a veces creía que los reyes ya no sabían reinar, dado que todo lo hacían otros en su lugar. Otro razón que motivaba el desconocimiento de los monarcas era su propia formación, ya que recibían una instrucción muy básica y ahí no entraban asignaturas como "política diplomática"; también, en ocasiones, debían afrontar el reinado siendo demasiado jóvenes, y el hecho de estar rodeados siempre de consejeros y escoltas retrasaba su "emancipación". 

Punto +: Carlos, la Razón de Estado, y Francisco I, el despotismo. Aunque Francisco I tenga poco protagonismo, es el rey absoluto por excelencia, mientras que Carlos V  es el monarca que gobierna con la razón y la potestas ordinaria. Generalmente los monarcas actuaban siempre con potestas ordinaria, es decir, respetando las leyes del reino, pero en ocasiones hacían valer su potestas extraordinaria en momentos contados y exclusivos. Esto podía traducirse en aumentos de la presión fiscal para financiar conflictos de prioridad que atentasen contra la seguridad nacional. En todo caso, siempre debían ser medidas justificadas para un bien común. En el capítulo, podríamos decir que si Francisco I se pasa de listo con los derechos sucesorios, Carlos V no sabe de qué va la fiesta de los nombramientos regios. 

Punto - : Carlos no sabe ni papa de castellano. En efecto, Carlos V no sabía hablar castellano, y más vale que los guionistas no nos hagan creer que aprendió el idioma en cuatro días. Se trata de un "gazapo" que ya se vió en el primer capítulo. ¿Cómo iba a entenderse Carlos V con su madre doña Juana? Además, es probable que no tuviera mucho tiempo para aprenderlo, ya que pasó poco tiempo en España. En la escena de cortes, Carlos es como una momia que mira y respira, pero no habla. Quizás parte de estas secuencias debieran de haberse subtitulado, como en otras series, para que pudiésemos ver a Carlos desde dos perspectivas distintas: desde su propia lengua como uno más de los suyos, y desde la de los castellanos, lo que tal vez, por otro lado, hubiera resultado excesivo y no hubiera gustado tanto al público.

Conclusión: la trama se desarrolla lenta y en ocasiones las escenas parecen más de teatro debido a la falta de exteriores; abundan los diálogos y las intrigas están ahí, pero quizás al capítulo le falta un "punto" extra. No se puede decir que haya ni buenos ni malos, ya que sólo existen intereses de por medio. La monarquía no peligra, por su legitimidad, y el romance entre Carlos y Germana de Foix resulta un poco adicional. Puede que el capítulo no enganche lo suficiente, aunque los decorados, las expresiones y el vestuario son impecables. Se acerca en cierta medida a "Los Tudor" y se demuestra que la política del día a día es un "Juego de Tronos", pero si algo le resta al segundo capítulo, en mi opinión, es la acción que vimos en el episodio piloto. Creo necesarias unas dosis de tensión e intriga más profundas. Por supuesto, a la serie aún la queda mucho desarrollo y, normalmente, los primeros 3-4 capítulos siempre resultan los más áridos. Por lo que se ha visto del avance de la semana próxima, parece que la cosa promete más con la elección de Carlos V como nuevo emperador. 

viernes, 11 de septiembre de 2015

"Zoo": De la teoría a la ciencia, de la ficción a la realidad

¿Sería posible, en un futuro no muy lejano, una conspiración animal mundial como en "Zoo"?




Seguro que al terminar de ver los dos capítulos de ayer, más de uno se preguntó si esto podría llegar a ocurrir de verdad... o peor, si ya está pasando ahora mismo. Tras la emisión de la serie, Cuatro optó por un documental relacionado con los animales más peligrosos para el ser humano, interesante, pero que, en definitiva, nos dejó en ascuas. Ésta, la que plantea la serie, es la gran pregunta del millón, para la que es posible que no haya una única respuesta, ni una única teoría. Pero, de nuevo ¿es posible de verdad? Quizás, pero con un índice de probabilidad ínfimo, y no sería a escala planetaria, sino a nivel de especies concretas.




Los animales poseen, por así decirlo, un código genético determinado por sus orígenes biológicos y los genes aportados por sus progenitores. Se trata de conductas previsibles. Frente a un estímulo, pueden reaccionar de diversas formas, pero atendiendo siempre a un marco previo básico, que se puede reducir, para entendernos, a:

1) Luchar
2) Huir
3) Evitar

Las tres mismas variantes fueron descritas por César Millán, el entrenador de perros, en el programa "El encantador de perros" de Cuatro, hace algunos años. En un especial del mismo, también se tuvo la oportunidad de conocer a un "encantador de caballos" cuya filosofía consistía en lo mismo: la rehabilitación psicológica de los animales para hacerlos sociables a las personas. Es un esquema básico y que siempre se repite, sin importar demasiado la especie de que se trate, de modo que sería más que difícil que añadiésemos a ese esquema tripartito opciones como "llamar por teléfono" voluntariamente, lo cual pudimos ver reflejado en la serie cuando los tres leones subieron al malherido "Rafiki" al árbol y encendieron el móvil de éste de un zarpazo para preparar, a propósito, la trampa. El que un animal reaccione de diferentes formas preestablecidas depende de varias factores, como los genes de sus progenitores, ya que los instintos se heredan parcialmente, el nivel de socialización del individuo con otros de su especie, la atención proporcionada por sus progenitores o la posición jerárquica dentro del grupo y su personalidad. 






Los instintos de un animal condicionan su comportamiento y  afectan en gran medida sus respuestas a un estímulo, y de alguna forma, influyen en la selección natural, por lo que  sólo los ejemplares con instintos más aptos, entre otras caraterísticas, sobreviven. Por ejemplo, existen gatos curiosos y gatos más retraídos, dentro de una tendencia general a la desconfianza en lo extraño. Si en algún momento un gato se siente atraído especialmente por un coche y se acerca a él, y éste se pone en marcha, corre peligro de ser atropellado, pero eso no sucedería si en vez de haber mostrado curiosidad, hubiera demostrado miedo o evitación. A fin de cuentas, no es tan diferente de lo que nos pasa a los humanos: algunos sienten vértigo y jamás harían puenting, y otros no lo sienten y se arriesgan a perder la vida. 




El hecho de que esos instintos cambien, no es probable de hoy para mañana. Se trataría de un proceso natural de tipo evolutivo, una modificación de la herencia de los instintos que podría ir asociada o no a un aumento del tamaño cerebral o a una mejora cognitiva general, por ejemplo. Además, como tal proceso adaptativo, conllevaría miles o millones de años. Nosotros no lo notaríamos. Sin embargo, el hombre, mediante el uso de las tecnologías, sí podría propiciar o acelerar dicho proceso y alterar  esas bases. Es en ese supueso científico en el que se basó la película "Deep Blue Sea" con los tiburones. Sería viable mediante la modificación genética de los genes que codifican los instintos, que podrían potenciarse o reducirse para conseguir diferentes resultados. Algo similar ocurre con el perro y el lobo: el lobo es el antepasado de todas las razas de perros, hasta el punto de que el mejor amigo del hombre no es más que una variante estilística mejor adaptada a la compañía humana. Sin embargo, existen diferentes tipos de perros, cada raza especializada en la realización de determinadas tareas. Algunas están pensadas para ser inteligentes y colaborativas con sus dueños, por lo que desarrollan más su inteligencia, como el pastor de Shetland, el Border Collie o el Pastor Belga; otras, en cambio, tienen una musculatura y una mandíbula perfecta para atrapar o cobrar presas, o para infligir daño, como  los Pit Bull, Boxer y Bull Terrier; algunas, por el contrario, presentan un aspecto más lobuno y poco evolucionado, más cercano a sus orígenes y con comportamientos reminiscentes, caso del Alaskhan Malamute, Husky Siberiano, Samoyedo o Akita Inu. Según el instinto que se potenció del lobo original, surgieron diferentes tipos de perros. Y sí, un perro puede morder y ser agresivo, pero por ejemplo, aunque un Collie muerda a una oveja y la derribe intentando agruparla con el rebaño, su instinto asesino está atenuado, y no la mata, mientras que en el caso del lobo, éste la atacaría hasta la muerte para sobrevivir. Si lográsemos cambiar esas conductas, las nuevas reacciones podrían resultar inesperadas e imprevisibles.

La serie plantea una conspiración animal en la que todas las especies ven como amenaza única al hombre. Si atendemos al lenguaje de cada género animal, vemos que esto no sería  más que ciencia ficción: el hombre se comunica básicamente mediante el lenguaje oral, pero muchas otras especies emplean la comunicación corporal para expresarse y los gestos no coinciden en nada con los nuestros: si uno le sonriese a un chimpancé, el primate lo interpretaría como una señal de advertencia o de agresión, de desafío, y si se le ocurriera enseñarle sus dientes a un perro, el can le imitaría, pero no por afecto. Así, pues, sería prácticamente improbable que animales de diferentes especies se coordinasen para aniquilar la humanidad, ya que no podrían organizarse colectivamente ni entenderse correctamente entre ellas. Un leopardo no podría interactuar con una abeja, porque los insectos, por lo general, se comunican mediante secreciones denominadas feromonas o por posiciones corporales, en menor medida, y su cerebro es diminuto y casi carente de memoria. 




Desde el punto de vista de las relaciones depredador-presa, también sería imposible. No sería posible que diferentes especies se coordinasen colectivamente para afrontar una supuesta amenaza común que no sería ni sentida ni comprendida más que en la conciencia de cada individuo en diferente medida. Muchas especies de tipo "presa" no se unen para combatir a sus depredadores. En el caso de los búfalos africanos, esto es una excepción, ya que protegen a sus crías formando círculos defensivos contra su mayor enemigo, los leones. Un animal experimenta un peligro pero no es capaz de comunicárselo a otros, y menos a una especie distinta de la que pertenece. 

En conclusión, si se produjese algún incidente parecido al que hemos visto en "Zoo", probablemente no seríamos conscientes, y en la mayoría de los casos, por lógica y por estadística, jamás ocurriría. Dado el caso, sería un fenómeno aislado y como mucho se produciría entre miembros de una especie concreta, que a lo sumo se extendería dentro de un único género animal. 


Marcando territorio: "Zoo", la nueva apuesta de Cuatro


Anoche Cuatro se inclinó por una nueva ficción que relata lo que ocurriría si en un futuro la fauna silvestre (y la doméstica) dijeran "no más" al dominio de la raza humana sobre el ecosistema terrestre: "Zoo". El primer capítulo comienza con algunas tramas geográficamente inconexas que muestran distintos incidentes entre animales y personas: mientras en un safari fotográfico un grupo de gente es atacada por varios leones macho, en Los Ángeles tiene lugar un hecho similar con dos leones que escapan del recinto del zoológico. Entre tanto, la rebeldía parece haber contagiado también al mejor amigo del hombre, el perro, y a su histórico némesis, el gato. Los perros se congregan en pequeñas jaurías organizadas y los gatos escapan momentáneamente de sus casas para hacer lo propio sin que sus dueños sospechen que traman algo. Se producen los primeros derramamientos de sangre, y en medio de investigaciones policíacas y periodistas, lo único que parece responder a los ataques es la vieja teoría de un científico descreído.

Se podría decir que "Zoo" ha estado marcando territorio sigilosamente entre sus programas rivales. No ha logrado unas cuotas de share demasiado llamativas como estreno en la cadena. De hecho, en Vertele se registró anoche un 13,4% de share durante el primer capítulo (no está nada mal), subiendo luego con el segundo episodio emitido justamente a continuación a un 14,7%, moviéndose entre los 2.660.000-2.330.000 espectadores en cifras redondas, logrando la medalla de bronce al quedar entre los tres programas más vistos de la noche del jueves. El primer puesto ha sido para "Velvet", una serie que parece más orientada a un público adolescente, ambientada en la década de 1950 y con toques de romanticismo, con un 20% de audiencia; le sigue en segundo lugar "El Hormiguero", con un 16% de expectación. Por detrás de "Zoo" quedan "Águila Roja", que ya va por su séptima temporada,  o "El Intermedio", entre otros. La serie del "ninja" del siglo de oro español se queda con sólo un 12% de audiencia, siendo superada por su otra propuesta histórica de los lunes "Carlos, rey emperador", que recaudó hasta un 15%, lo cual la posiciona en el límite de lo aceptable.

"Zoo" logra unas cuotas nada desdeñables de share, y quizás eso la posibilite renovación y una nueva temporada. Además, como colofón de ello, está el hecho de que su segundo capítulo atrajo la atención de más televidentes y que Cuatro apenas irrumpió con publicidad salvo un puntual momento de 2 minutos y alguno otro de 4 o 6, junto con un corto más largo hacia el final, mientras que sus vecinas, salvo imprevistos que desconozco, optarían por la publicidad larga. No hemos de olvidar que la publicidad puede ser clave en la captación de share. Si Cuatro mantiene esta estrategia los jueves, quizás "Zoo" tenga la oportunidad de ver aumentada su audiencia y llegar al 15%, o incluso superarlo, y ver la luz con una posible segunda temporada. De momento, los animales no han tomado el control de la televisión, pero se han hecho un hueco bastante importante entre la programación de los jueves. Habrá que esperar a ver si los leones de "Zoo" logran comerse al público la próxima semana.

http://directamentetv.blogspot.com.es/2015/09/jueves-100915-velvet-regresa-con-minimo.html