Por primera vez, Blanca Suárez hace su debut en la serie. Sin embargo, la novedad no ha bastado para mantener los resultados de la semana pasada. |
Carlos cada vez tiene más claro que el destino lo ha elegido a él y que Dios estará de su lado para combatir la amenaza infiel, pero todos sus esfuerzos parecen en vano: anoche se registró una caída del 2% de audiencia respecto al estreno, dejando a la serie con un 13,5% de audiencia, a sólo un 0,1 de "El Intermedio", cifras que empiezan ya a ser preocupantes. En números globales, se posiciona en el cuarto puesto como programa de la tarde-noche, descendiendo en el ránking, aunque todavía se mantiene en relativa buena posición durante el Prime Time por detrás de "La Voz Kids", que también, a pesar de seguir siendo líder, ha perdido un pequeño porcentaje de su audiencia. El pronóstico de la serie dista mucho de ser bueno, y más cuando todavía quedan bastantes capítulos por emitir. "Carlos" aún tiene posibilidades de remontar su audiencia, pero todo depende del trabajo que los guionistas hayan hecho. A continuación, doy a conocer algunos puntos negativos que pueden ser causa del lastre de audiencia que padece la serie:
1) Lentitud. De momento vamos tres episodios y aún no se ha visto que la trama arranque. El desarrollo de la ficción es demasiado lento. La cuestión imperial debería de haberse resuelto a más tardar anoche, pero parece que se prolongará uno o dos capítulos más, lo cual nos va acercando poco a poco al ecuador de la serie que, si no avanza con más ritmo, se dormirá en los laureles.
2) Relaciones impersonales. En "Isabel" las relaciones entre la reina y sus consejeros eran muy personales y desprendían sentimiento, aunque se tratase de ficción y nada más pero, en "Carlos, rey emperador", no hay simpatías entre éste y Chiévres, Adriano de Utrecht, Gattinara... Cada uno aparece en una secuencia para sobornar a otro o para pedirle que apoye a Carlos como futuro emperador, pero no sabemos nada de ellos. Desconocemos cuáles son sus orígenes, formación, verdaderos intereses (aparte del poder sobre otros, que ya es muy obvio y estamos hartos de verlo)... Son personajes que están totalmente despersonalizados, que van y vienen, que están para añadir interés, pero sin lograrlo, a fin de cuentas.
3) La vida de Corte. Las damas, los consejeros, cardenales y otros nobles al servicio del rey no se pasaban todo el día dialogando con otros para inquirir por dónde sacar tajada. Tenían sus propias vidas, sus matrimonios de conveniencia y sus propias preocupaciones como señores de vasallos, aunque en esta época la aristocracia ejerce el poder más jurisdiccionalmente que de facto como en la Edad Media. Celebraban fiestas y banquetes, acudían a cacerías o litigios judiciales, organizaban juegos y justas de tradición medieval... En concreto, la corte flamenca era muy ostentosa y Carlos V quiso vivir en Castilla disfrutando de los mismos placeres que en Flandes, y quedarse encerrado en palacio no era uno de ellos. Le encantaba ir de caza y adoraba el antiguo ideal de los caballeros.
4) Escenarios enclaustrados. La ficción histórica aborda lugares muy distantes de la geografía europea, y tan pronto estamos en España como tan pronto en Francia, en Inglaterra... pero siempre es lo mismo: sitios cerrados. El palacio. No salimos de palacio nunca. La serie pretende transmitirnos una imagen un tanto idealizada. Los reyes no se pasaban la vida encerrados firmando cartas de privilegios. Al contrario, los nobles nacían para luchar, pero cuando no había guerra, para disfrutar, y si había algo que odiasen y les difamase de verdad era trabajar con las manos. En la época los trabajos pesados y manuales eran considerados de "pecheros" (gente no privilegiada y que pagan impuestos directos e indirectos). Hacen falta escenarios variados y más exteriores, porque el interior no se distingue demasiado. Recordad que estamos en el Renacimiento.
5) No hay mala sangre. Aunque sí que la haya, aunque haya competencia entre los personajes, ninguno hasta el momento se ha manchado de sangre las manos. Todo va en la línea de lo predecible. Los interesados no urden planes de asesinato, ni conspiraciones ni nada por el estilo, nada que añada un toque de misterio a la serie y que nos haga pensar en posibles culpables. Por supuesto que, si lo hubiera, sería ficción y no Historia, pero para eso ya están los libros. Si una serie se limita solo a lo histórico, se convierte en documental, y para documentales ya tenemos muchos en Canal Historia (CH) y Discovery Max.
La serie está a tiempo de evitar el desastre pero, por desgracia, es un trabajo ya hecho, y los guionistas no lo hacen según la marcha. Todo depende de cómo se resuelvan los próximos tres o cuatro capítulos, y de cómo gire el argumento una vez que Carlos sea proclamado emperador. Como han querido decir los asesores históricos anoche, prácticamente estamos en una "primera fase" del relato. Ahora bien, como esto siga así (y parece que es probable que los datos se conviertan en tendencia), auguro otro 1% menos de audiencia el lunes que viene, una posible caída al 12,2% y una bajada al tercer o cuarto puesto del Prime Time.