Álvaro Cervantes es el nuevo prota de la serie de ficción histórica de TVE y llega montado sobre su noble corcel, el mismo semental negro del famoso retrato ecuestre del pintor Tiziano. |
Así quedó la corona...
Hace alrededor de 10 meses, casi un año, nos emocionábamos al ver el trágico final de la vida de uno de los personajes más emblemáticos de la Historia de España, la reina Isabel la Católica, interpretada por Michelle Jenner en "Isabel", que, junto a su marido, el rey Fernando de Aragón, aceptaba con resignación el destino que Dios había decidido para ambos: de un lado, el vacío del trono; por otro, la solitaria lucha del monarca católico contra Felipe el Hermoso y su hija doña Juana, madre del futuro heredero al Sacro Imperio Romano-Germánico, por el control de las "dos Españas". La tercera temporada de la serie de ficción histórica de TVE concluyó de la misma forma que estrenó capítulo: la muerte de la reina en el Palacio Testamentario de Medina del Campo en 1504 y la urgente partida a caballo de los consejeros reales por extender la noticia hasta los lugares más recónditos del reino, mientras el "águila", espíritu del poder de la reina católica, volaba y se desvanecía entre las sangrientas nubes del cielo castellano, que auguraban ya el oscuro invierno que sucedía a un prolífico y dorado reinado que marcaba el fin de la Edad Media en Castilla y la entrada en unos nuevos tiempos, caracterizados por la rigidez y la vulnerabilidad de las nuevas piezas geopolíticas del tablero de ajedrez europeo.
Fernando de Aragón (Rodolfo Sancho) otorga con pesar la corona a Felipe el Hermoso en la última escena de "Isabel". |
La serie alcanzó decentes cuotas de share a lo largo de su emisión, a pesar de la competencia de las cadenas vecinas y programas o series como "La que se avecina" o "La cúpula", que pusieron en jaque a la reina todos los lunes. Dado el gran éxito cosechado por su productora, Diagonal TV adelantó en diciembre la continuidad de la ficción histórica, que tendrá como nueva pareja al frente de la corte castellana a Álvaro Cervantes y Blanca Suárez, que interpretarán a Carlos I de España (y V de Alemania) y a su esposa Isabel de Portugal. En la nueva serie histórica de TVE, y para seguir con la tradición que marcó "Isabel", una gran parte del peso del protagonismo recaerá en la mujer de Carlos V, una joven que los guionistas y productores retratan como "culta", activa y partícipe de la política de su marido, si bien el verdadero centro del plató lo ocupará éste, pues el objetivo de la nueva trama es poner énfasis en la vida íntima del emperador, la evolución y madurez de su personaje a través de una senda sinuosa, llena de decisiones y errores que dictarán el devenir de Castilla en el laberinto imperial, todo ese elenco de reinos que el azar otorgó en manos de Carlos V, así como las intrigas que girarán en torno a él y los consejeros de la corte. Poco más se sabe por ahora del argumento de la serie, que hace poco rodó las últimas escenas de la vida del emperador en el monasterio de Yuste, aparte de que su estreno en televisión se prevé para comienzos de septiembre y que inaugurará el Festival de Vitoria de TV. También disponemos de un nuevo tráiler y una primera promo de la serie, que ojalá se hubiera trabajado más y hubiera mostrado algunas escenas, para ir abriendo boca de cara al estreno.
Qué esperar de "Carlos, Rey Emperador"
Pero ¿qué podemos esperar de la nueva ficción histórica? La entrada en el llamado "siglo de Oro español" es una de las épocas más complejas y más importantes de la Historia de España. Fueron precisamente los Reyes Católicos quienes posibilitaron ese cambio dando pie a la unión de la Corona de Castilla y la Corona de Aragón. El compromiso de Castilla con su vecina significó la adopción de nuevos principios de política, como el apoyo a Aragón en sus conflictos con Francia por los territorios del Rosellón y la Cerdaña, cuando normalmente Castilla había mantenido relaciones estables con la monarquía francesa. La empresa de Cristóbal Colón y Las Indias supuso un cambio en la mentalidad castellano-aragonesa, ya que integró los virreinatos como nuevas estructuras de gobierno a la Corona, favoreciendo la delegación regia de poder en virreyes y gobernadores, que multiplicaron la labor de los monarcas imposibilitando su atención presencial a todos los reinos, surgiendo así nuevas figuras como el secretario de Estado, los validos, los corregidores, etc., elementos de lo que la historiografía llama "sistema polisinodial" y que viene a ser una de las características del Estado moderno renacentista, junto con la creciente burocratización de la política y las guerras a larga distancia. Los Reyes Católicos fueron, por así decirlo, los últimos reyes medievales, pero los que colocaron la piedra angular de todo el proceso posterior. Sus sucesores fijarían, en adelante, nuevas formas de relación con sus súbditos, marcadas por la distancia y la lejanía.
Los actores ya se han acostumbrado a su nueva residencia: la Alhambra de Granada acoge con orgullo el rodaje de la serie. |
La gran herencia fortuita. Carlos V heredó de sus padres (la monarquía católica) y sus abuelos (Habsburgo) un enorme y heterogéneo conjunto de territorios, cada uno con sus propias leyes particulares, las cuales debían de ser siempre respetadas por la autoridad en calidad de privilegios: Milanesado, Franco Condado, Sicilia, Nápoles, Castilla, Aragón, Navarra, Indias, Países Bajos... No sabemos hasta qué punto se podrá ver este aspecto en la trama de "Carlos, Rey Emperador", ya que por lo pronto sólo se ha hablado de que, al parecer, el primer capítulo comienza con un Carlos de Gante adolescente que rehúsa casarse con la princesa de Portugal.
La monarquía universal. A pesar de lo que argumentaban sus detractores, los príncipes alemanes, Carlos V jamás hubiera podido aspirar a una monarquía universal e imperialista, debido a la diversidad interna de cada uno de los territorios. Se trataba de una postura extranjera para minar el poder político del emperador frente a una nobleza temerosa de sus privilegios y posesiones territoriales. Por el contrario, el monarca español se sentía como máximo exponente del catolicismo, lo que utilizaba como concepto "palanca" para luchar contra la amenaza otomana que se cernía a orillas del Danubio y que devastó el reino húngaro. Habrá que ver si el actor Álvaro Cervantes es tan "imperioso" como "católico" blandiendo la espada contra las hordas de jenízaros, si es que a los guionistas no se les ha olvidado esa parte de la Historia. En "Isabel" únicamente asistimos a escasas escenas bélicas, acompañadas del fiel Gran Capitán don Gonzalo Fernández de Córdoba, pero cabe señalar que el conflicto bélico fue uno de los grandes protagonistas del siglo XVI, junto con la diplomacia como nueva forma de hacer la guerra desde la Paz de Lodi de 1454. Además, se incorpora la revolución militar, apareciendo los tercios y los ejércitos compuestos por infantería, dejando de lado la caballería por su excesivo coste, dando lugar a tropas de mercenarios de carácter internacional al servicio de la monarquía y no tanto de la nobleza, como ocurría en la Edad Media con las mesnadas señoriales, además de la complejidad de las fortificaciones, con bajos muros para amortiguar el impacto de las nuevas armas de fuego y la pólvora.
Emperador vs Papa. El problema de la traslati Imperii radicaba en quién de los dos soberanos poseía una autoridad superior a su némesis. Los teóricos y los arbitristas sostenían que ambos eran como el sol y la luna, y que al emperador correspondía esa traslati Imperii, lo que justificaba a éste ser heredero de todas las leyes del imperio. El papa era por aquél entonces un monarca más del entramado político, con grandes ejércitos a su servicio, y se esperaba que sus órdenes se cumplieran más allá de las fronteras como cabeza de la Cristiandad y representante de Dios en la Tierra, aunque en España el monarca aplicaba el pase regio, esto es, la supervisión de las ordenanzas papales para evitar que fueran reconocidas en el reino si contradecían sus propias leyes o si limitaban el poder monárquico. Además, el rey se reservaba el derecho de presentación de obispos, considerado patronato regio. Dada esta fricción entre ambos poderes, en algunos momentos puntuales se desencadenaron conflictos entre el papa y el emperador. No dejaría de ser un aliciente interesante que la serie mostrase la delicadeza de las relaciones monarquía-imperio-pontificado, desarrollo que permitiría reflejar la evolución política del sistema de consejos desde los tiempos de la reina Isabel, lo que sin duda enriquecería la ambientación histórica.
La competencia. Si hay alguna paradoja histórica a la que merezca la pena referirse, es la rivalidad entre Carlos V y Francisco I, rey de Francia, por el control del Milanesado y el Franco Condado, a propósito de la casuística hereditaria y el problema de los Habsburgo austríacos. Prácticamente nacieron en la misma época: el monarca católico en 1500 y el francés en 1497. Carlos V le hizo frente y lo venció en la batalla de Pavía de 1525, imponiéndole duras condiciones y encarcelándolo para que cumpliera las condiciones del Pacto de Madrid de 1526. En cuanto salió de prisión rechazó los acuerdos y el emperador lo presionó reteniendo a los "delfines" (príncipes franceses). Francisco I se alió con Clemente VII en la Liga del Cognac, terminando el conflicto en 1529 con la Paz de Cambrai con un claro empate de concesiones: el emperador se quedó sin el territorio de la Borgoña y el francés sin el Milanesado. El paralelo de ambos personajes podría quedar bien enmarcado para agregar algún toque de humor, pero estamos en una serie de ficción histórica que aboga por la seriedad y el ajuste a los hechos verdaderos cien por cien. Dramatismo puro y duro.
La familia. Las rivalidades también podían existir a nivel familiar: al final de su mandato, Carlos V presentó al príncipe Felipe como nuevo candidato al imperio, mientras que su hermano Fernando pretendía hacer lo mismo con su vástago. Al final, ni uno ni otro, como suele ser costumbre. A día de hoy seguimos sin caerle bien los españoles a Merkel y compañía de la cumbre de Bruselas.
El matrimonio con Isabel de Portugal. Hasta ahora será la gran apuesta de Diagonal TV, pero esperemos que el drama no impregne en exceso los quehaceres de Su Majestad y podamos verlo en acción no sólo en el lecho erótico. Para eso ya cometió pecado la película "Juana la Loca", motivo por el que los directores no han querido seguir el natural hilo histórico de España. Confirman que el de Carlos V e Isabel de Portugal fue un matrimonio de conveniencia con suerte y que acabó con el amor eterno y mutuo entre sus cónyuges. Pero ¿de verdad fue tan santo y tan católico el emperador que no cometió adulterio nunca? Esperemos que no pase entonces como con Felipe el Hermoso, que parecía tan "Hermoso" en "Juana la Loca" que todas las cortesanas se acostaban con él... ¿o era él con ellas? ¡Tan "Hermoso" pero tan mal cristiano! Eso, por no hablar de los deslices amorosos entre Michelle Jenner y Rodolfo Sancho en "Isabel", y el tijeretazo capilar de Juana a una sirvienta en el palacio de Felipe por presunta y dudosa insinuación a su esposo.
Los "grandes". Desde espacios como Vertele se afirmó que alrededor de un centenar de personajes históricos pasarán por el plató isabelino. ¿Estarán entre ellos el famoso Gattinara o el no menos célebre secretario de Estado Francisco de los Cobos? Como se señaló en estas webs, las declaraciones son repetitivas e insisten en la importancia de los personajes que fracasarán o lograrán hazañas de la mano de Carlos V. Históricamente se trata de hombres relevantes que manipularon la política del siglo de oro español. ¿Cómo se relacionará el monarca castellano con ellos, al margen de los libros de Historia? That's the question. Una serie de política histórica no es nada sin intrigas. La primera temporada de "Isabel" fue, en mi opinión, la menos predecible, ya que el cómo de las ascensión al trono estuvo plagada de incertidumbres, y quizás también por eso recabase más share que las dos últimas. Fue el capítulo inédito que nadie o muy pocos estudiaron de memoria en el instituto. En el caso de "Carlos, Rey Emperador", quizá lo menos destacado sea precisamente la relación con Isabel de Portugal, razón por la cual se pretende sorprender al espectador con aspectos de la vida de estos conocidos personajes que no se sabían a ciencia cierta, aunque esperemos que la serie no se convierta en drama romántico.
Mercurino Gattinara (ca. 1530) |
Retrato de Francisco de los Cobos (ca. 1530) |
¿Veremos nuevos personajes históricos en sucesivas renovaciones de la serie?
¿Secuela o spin-off? Todavía no ha quedado claro en los medios si se tratará de una secuela o de un spin-off. Secuela en el caso de que la serie reúna varias temporadas, y spin-off si se trata solo de una continuación de "Isabel" con una única temporada de varios capítulos. Según las últimas declaraciones, se está concluyendo con el "rodaje del último tramo de la vida del emperador, en el que afronta su retiro" y los éxitos y fracasos de una vida volcada en soportar el peso del imperio bajo sus propios hombros, cuando en principio la filmación empezó hace un año, el tiempo que más o menos se necesitó para el rodaje de cada una de las tres temporadas de su predecesora. Sin embargo, también hay que tener en cuenta que la serie tiene previsto un amplio repertorio de actores para encarnar más de 100 personajes históricos. ¿Cabrán esos 100 en una sola temporada? El número de episodios a día de hoy es especulativo. Tal vez repitan con un total de 13 o 15.
¿Una sola temporada? En todo caso ¿por qué contentarse con una sóla si la serie recoge suficiente audiencia? Últimamente los beneficios económicos no están de más, y de seguro que las cadenas extranjeras apostarán por comprar los derechos de copyright para doblarla en sus respectivos idiomas ¿Veremos en un futuro no muy lejano la continuación de la monarquía española con Felipe II, el rey burócrata? Todo depende de la audiencia que recaude el estreno, pero teniendo en cuenta las últimas tendencias, es plausible, ya que el imperio acaba con Carlos V pero no los conflictos europeos, que heredó Felipe II de su padre. Además, las cadenas están apostando los últimos tiempos por la renovación continuada de las series de mayor éxito, ante el temor de que nuevas propuestas no calen en el público, además del recorte de presupuestos, que en ocasiones ha retardado la emisión de algunas como "Cuéntame cómo pasó" o "Águila Roja" hace dos o tres años.