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"Carlos" lucha y se mantiene entre los mejores puestos del Prime Time del lunes. |
"Carlos, rey emperador", la nueva ficción histórica de TVE, se estrenó la semana pasada con un 15% de audiencia, algo más de dos millones de espectadores, y estuvo entre los primeros puestos del ránking de los más vistos de la tarde. Después de ostentosas presentaciones, el joven rey comienza a mostrar sus armas para acorralar a la audiencia: si bien anoche no fue líder, lo cual es predecible teniendo en cuenta la popularidad de "La Voz Kids", el monarca quedó entre el segundo y el tercer puesto de los programas con más share.
Durante la tarde, la TVE (La 1) es, junto con La 2, una de las cadenas menos vistas, encabezando la cola del ranking con un 6%, solo por delante de La 2, que fue la menos vista, con un ridículo 2%. Telecinco y Antena 3 son las líderes de la tarde-noche. Los motivos ya les conocemos, pues es deplorable la programación tanto de La 1 como de La 2, ésta última con documentales mil veces vistos y mil veces repetidos. La curva de la audiencia cambia radicalmente a las 22:00 de la noche, hora Prime Time: La 1 casi se gana un 2º puesto con "Carlos, rey emperador", que le sacó la espada a la serie de Antena 3, duelo que acabó en tablas dado el 11'9% de share en ambas ficciones, lo cual no está mal, ya que "El secreto de Puente Viejo" lleva unos años ya en Antena 3 y el público suele ser fiel e inclinarse por las series conocidas.
La serie renacentista comenzó con un 11% de audiencia pero fue incrementándose paulatinamente hasta el 14% final. De hecho, la curva de audiencia marca el pico en que comienza "Carlos, rey emperador". El resultado global no es malo, pero sí que empeora el obtenido la semana pasada, pues desciende un 1% la cuota de share, lo cual es negativo pero no alarmante. A medida que transcurría el Prime Time, descendía la curva de Antena 3 y subía La 1, lo cual puede estar condicionado por la publicidad, pues La 1 no introduce anuncios. La gran ganadora, como siempre, "La voz Kids", que se desborda y mejora los resultados de la semana anterior con un 29% de audiencia.
Lo dicho, anoche "Carlos" se movía entre el "Puente" y la "Voz". No se trata de que no suscite interés, más bien todo lo contrario, pero la falta de acción y el excesivo drama de anoche pudieron pesar para que parte del público dejase de ver el episodio por momentos. En resumidas cuentas, se podría decir que la serie no va a "atrapar" a un público diferente, y se prevé que no lo haga en sucesivos capítulos.
http://www.formulatv.com/audiencias/2015-09-14/franjas/
http://www.vertele.com/noticias/la-voz-kids-29-2-crece-imparable-y-carlos-14-cede/
Review/resumen del capítulo: Cartas sobre la mesa
Poco a poco, la serie comienza a perfilarse y se van dibujando con finas y hasta transparentes líneas el nexo de unión entre los distintos personajes. Tras jurarle plena fidelidad, su hermano Fernando aprovecha para acercar posiciones al joven rey. Los dos salen juntos a cazar en mitad de la nevada y, como adolescentes que ambos son, estrechan lazos. Por su parte, Germana de Foix, que apoya a Fernando, seduce a Carlos con sus encantos y eso le procura un gran acercamiento. La viuda del Católico utiliza como prerrogativa la soledad y escasez de respaldos en la corte, el hecho de que tanto ella como él son extranjeros para Castilla. Esto no implica la desaparición del partido fernandino, sino un cambio en las estrategias cortesanas por manipular a Carlos. Si al principio pretendían ser la sombra que le hiciera frente, ahora serán la sombra que le siga para bien y para mal.
Respecto a Chiévres y Adriano de Utrecht, el segundo mucho más precavido que el primero, prácticamente acaparan la atención del rey, hasta el punto de que Chiévres no le deja solo ni para ir al baño; es el padre sobreprotector que le falta al joven, y en la corte no pasa nada sin que él lo sepa. Finalmente, Carlos termina por culparlo de sus decisiones. Sí, sus decisiones, porque se da cuenta de que, aunque él es el que tiene la última palabra, Chiévres es la mano que la ejecuta. En definitiva, Carlos reina pero no gobierna, y se muestra muy inseguro de sus capacidades para dirigir un reino del que desconoce hasta su lengua, lo que hace que tenga que recurrir a Chiévres o a Adriano para desayunar, para merendar, para comer y para cenar. Sospecha que, en realidad, la mitad de los que están a su alrededor no le quieren por lo magnánimo que es, sino por su ingenuidad y para sacar algún que otro provecho, y cuando las pasiones se interponen, Carlos va dando palos de ciego. Pero no sabe cómo poner remedio a ello; ni siquiera sabe qué debe de hacer,o qué decisión tomar, con la provisión enviada por el gobernador de las Indias, y menos cómo hablar en una sesión de cortes: en mitad del salón, es como una estatua viviente cuya lengua es Chiévres.
Carlos debe aprender que la paciencia es una virtud. Nada más llegar, no puede ganarse el corazón de los castellanos, así, de buenas a primeras. Tiene que demostrar que se preocupa por Castilla, y si por algo el asunto le ha salido rana, es por el tema de los nombramientos. Chiévres es partidario de que el rey consiga apoyos de los naturales flamencos, ya que no parecen querer dárselo los castellanos, y por ello consigna los cargos importantes a los extranjeros, lo que no hace sino que Carlos se quede aún más solo. Para la nobleza castellana, esto es un castigo, no una merced. Con razón acaban acusándole de impotente y de no saber gobernar, porque los que gobiernan son sus consejeros. Ellos lo consiguen todo con una firma y él como rey no logra nada.
Así, pareciera que los intereses están muy divididos, y que cada bando comienza a mostrar ya sus cartas. Los amigos se vuelven enemigos, y los enemigos son la mejor baza. Carlos sabe que su amistad con Fernando es como una puerta a Castilla, porque al menos él es castellano pero, por el contrario, debe alejarlo de su persona en contra de su voluntad, ya que la nobleza y los otros estamentos se apoyan más en Fernando y eso le resta poder. Para consolidarse como monarca, debe enviar a su hermano a Flandes. Tiene que empezar a tomar sus propias decisiones y evitar que los consejeros acaparen más poder que el mismo rey.
Puntos + y puntos - del capítulo
Punto +: el rey ingenuo que no sabe gobernar. En el siglo XVI existía también una literatura que circulaba en torno a estos temas, a propósito de la multiplicidad de atenciones y cuestiones que los reyes debían atender. Dado que no podían abarcarlo todo, delegaban sus funciones. Los secretarios de Estado y los validos fueron figuras muy criticadas y la muchedumbre a veces creía que los reyes ya no sabían reinar, dado que todo lo hacían otros en su lugar. Otro razón que motivaba el desconocimiento de los monarcas era su propia formación, ya que recibían una instrucción muy básica y ahí no entraban asignaturas como "política diplomática"; también, en ocasiones, debían afrontar el reinado siendo demasiado jóvenes, y el hecho de estar rodeados siempre de consejeros y escoltas retrasaba su "emancipación".
Punto +: Carlos, la Razón de Estado, y Francisco I, el despotismo. Aunque Francisco I tenga poco protagonismo, es el rey absoluto por excelencia, mientras que Carlos V es el monarca que gobierna con la razón y la potestas ordinaria. Generalmente los monarcas actuaban siempre con potestas ordinaria, es decir, respetando las leyes del reino, pero en ocasiones hacían valer su potestas extraordinaria en momentos contados y exclusivos. Esto podía traducirse en aumentos de la presión fiscal para financiar conflictos de prioridad que atentasen contra la seguridad nacional. En todo caso, siempre debían ser medidas justificadas para un bien común. En el capítulo, podríamos decir que si Francisco I se pasa de listo con los derechos sucesorios, Carlos V no sabe de qué va la fiesta de los nombramientos regios.
Punto - : Carlos no sabe ni papa de castellano. En efecto, Carlos V no sabía hablar castellano, y más vale que los guionistas no nos hagan creer que aprendió el idioma en cuatro días. Se trata de un "gazapo" que ya se vió en el primer capítulo. ¿Cómo iba a entenderse Carlos V con su madre doña Juana? Además, es probable que no tuviera mucho tiempo para aprenderlo, ya que pasó poco tiempo en España. En la escena de cortes, Carlos es como una momia que mira y respira, pero no habla. Quizás parte de estas secuencias debieran de haberse subtitulado, como en otras series, para que pudiésemos ver a Carlos desde dos perspectivas distintas: desde su propia lengua como uno más de los suyos, y desde la de los castellanos, lo que tal vez, por otro lado, hubiera resultado excesivo y no hubiera gustado tanto al público.
Conclusión: la trama se desarrolla lenta y en ocasiones las escenas parecen más de teatro debido a la falta de exteriores; abundan los diálogos y las intrigas están ahí, pero quizás al capítulo le falta un "punto" extra. No se puede decir que haya ni buenos ni malos, ya que sólo existen intereses de por medio. La monarquía no peligra, por su legitimidad, y el romance entre Carlos y Germana de Foix resulta un poco adicional. Puede que el capítulo no enganche lo suficiente, aunque los decorados, las expresiones y el vestuario son impecables. Se acerca en cierta medida a "Los Tudor" y se demuestra que la política del día a día es un "Juego de Tronos", pero si algo le resta al segundo capítulo, en mi opinión, es la acción que vimos en el episodio piloto. Creo necesarias unas dosis de tensión e intriga más profundas. Por supuesto, a la serie aún la queda mucho desarrollo y, normalmente, los primeros 3-4 capítulos siempre resultan los más áridos. Por lo que se ha visto del avance de la semana próxima, parece que la cosa promete más con la elección de Carlos V como nuevo emperador.
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